Proponemos entonces erradicar los ANTIRRÁBICOS y sustituirlos por Centros de Protección y Control Animal donde realmente y por mucho menos dinero se pueda controlar la población canina en las calles, por medio de operaciones ambulatorias, de muy bajo riesgo, sin dolor para el animal y ofreciendo una verdadera solución al problema.
Estos, serían centros de Salud, Prevención y Control, donde los empleados estén luchando por defender la vida de sus pacientes y no CAMPOS DE CONCENTRACIÓN donde se practique la tortura y la matanza de las formas más crueles que se puedan imaginar. Por último, es totalmente incongruente que con la violencia eminente con la que vivimos en México, esta sea además promovida con la ejecución de estos actos inhumanos pues es el Gobierno el encargado de procurar la paz y el bienestar de sus habitantes, así como de educar y dotar de servicios humanitarios a la comunidad.