La crueldad hacia los animales dentro de los manuales internacionales para el diagnóstico de enfermedades mentales.
El Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales IV-TR (DSM-IV-TR) (1), dentro de los trastornos por déficit de atención y comportamiento pertubador (los cuales se presentan en niños o en adolescentes), incluye entre los criterios para el diagnóstico del trastorno disocial la agresión hacia personas o animales; más específicamente dice que uno de los criterios es la manifestación de crueldad física contra los animales.
El problema es que este manual no da una definición precisa de crueldad física hacia los animales (2), lo cual puede provocar que cada quien aplique a su criterio lo que significa la crueldad y por lo tanto el diagnóstico podría muy subjetivo. Asimismo, la Organización Mundial de Salud (OMS) menciona, dentro de su Clasificación Internacional de Enfermedades Mentales (CIE 10) (3), que una de las pautas de diagnóstico del trastorno disocial presentado en niños o en adolescentes, es el comportamiento cruel hacia las personas o los animales.
El Manual de Diagnóstico Psicodinámico (Psychodynamic Diagnostic Manual, PDM) (4) también menciona a la crueldad hacia las personas o los animales como uno de los criterios para diagnosticar a los trastornos de conducta entre niños y adolescentes. Este manual dice que los niños y los adolescentes con trastornos de conducta están extraordinariamente inconscientes de sus propios estados afectivos y tampoco suelen responder hacia los sentimientos de las demás personas. Algunos suelen experimentar emoción o placer al lastimar a otros, así como falta de remordimiento, además de ser codiciosos y oportunistas.
Tampoco el CIE 10 ni el Manual de Diagnóstico Psicodinámico definen lo que es la crueldad hacia los animales. Como podemos apreciar, los manuales de diagnóstico de enfermedades mentales ya aceptan e incluyen dentro de sus criterios la crueldad hacia los animales como una pauta de diagnóstico de trastornos disociales que se presentan en niños y adolescentes, que de no ser atendidos oportunamente pueden desencadenar comportamientos muy violentos y peligrosos cuando sean adultos. La crueldad de los animales es también un antecedente disocial en la infancia y la adolescencia de sujetos diagnosticados con trastorno de la personalidad antisocial de la personalidad. Al respecto, E. Esbec y E. Echeburúa (5) dicen que sujetos con este trastorno se asocian a bandas con una jerga específica, consumen alcohol/drogas desde una edad temprana, frecuentemente intimidan o acosan a otros, suelen iniciar peleas físicas, han usado algún arma, han sido crueles con animales o con personas, han hecho frente y robado a una víctima, han causado fuegos con la intención de provocar un daño serio, frecuentemente mienten para conseguir favores o evitar obligaciones, no se han adaptado al medio escolar o han huido del hogar.