Todos los asesinos en serie comienzan torturando y matando a sus mascotas y a diferentes animales. Krafft-Ebing (1886), citado por Zelda G. Knight (23), fue el primero en notar que los asesinos seriales motivados sexualmente humillan y degradan a sus víctimas, son manipuladores, son más inteligentes que el promedio de la gente, toman trofeos, no dañan comúnmente ni a sus esposas ni a sus novias, tienen historia de crueldad con los animales, disfrutan la tortura y el dolor de la víctima, normalmente matan prostitutas, a veces visitan de nuevo la escena del crimen, tienden a superar sus niveles de violencia en cada ocasión, dejan una firma en la escena del crimen y seguido planean el asesinato.
Como se puede ver desde 1886 ya se había notado la relación entre la crueldad hacia los animales y los asesinos seriales motivados sexualmente.
Zelda G. Knight (23), hizo un estudio acerca de los asesinos seriales y explica desde el enfoque psicoanalítico que éstos tienen la fatal combinación de un trastorno preedípico (lo que origina el narcisismo patológico) y experiencias de la infancia negativas (lo que da resultado a la violencia y la criminalidad y que son expresadas en una narcisismo destructivo).
Knight (23) también dice que la infancia de muchos de los asesinos en serie fue bastante difícil y llena de abusos, a veces por parte de las mismas personas que los cuidaban. Estos niños se sienten indefensos, tienen baja autoestima. La sustitución de la agresión y la necesidad de contrarrestar las espantosas memorias de la infancia explican el por qué los asesinos seriales también abusan de los animales cuando son niños.
Cuando son niños, el control de las mascotas y los animales es quizás uno de los pocos lugares restantes en donde ellos se sienten en control. Los animales no saben cómo defenderse (como son ellos mismos), los sentimientos de cólera y venganza son sustituidos hacia los animales, este poder sobre el animal es intoxicante y les da un corto sentido de poder. Más tarde, el cachorrito indefenso y torturado se convierte en víctima humana indefensa y torturada. La cólera y la agresión son simplemente transferidas y sustituidas por los seres humanos indefensos. Esta conducta anormal, la criminalidad y las perversiones retorcidas aumentan entre ciclos incontrolables de asesinatos seriales que continúan escondiendo un sentido inconsciente de rechazo, falta de poder e insuficiencia (23).
Adam J. Carter y Clive R. Hollin (24) hicieron una investigación que consistía en la revisión teórica de estudios acerca de los homicidas sexuales no seriales, en el cual comparaban a estos con los que sí son asesinos en serie y encontraron que éstos últimos suelen vivir en un mundo de problemas y desviación sexual y suelen ser crueles con los animales.